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Al finalizar la Asamblea Eclesial

imagen de asamblea eclesial

El 28 de noviembre, con la celebración de la Eucaristía en la Basílica de Nuestra Señora de Guadalupe, tuvo lugar la clausura de la Asamblea Eclesial de América Latina y el Caribe.

Desde el día 21 del mismo mes, se llevaron a cabo las sesiones programadas que congregaron, vía online, a mil asambleístas. La retransmisión de muchas de las intervenciones y celebraciones, así como la página web creada para la ocasión y la difusión en redes sociales, facilitaron el seguimiento de lo que en la Asamblea se iba desarrollando. 

La hna. Liliana Franco odn, Presidenta de la CLAR, en una de sus comunicaciones a los medios, expresó que la Asamblea “está siendo un espacio de sinodalidad, un laboratorio de sinodalidad en el que nos damos la oportunidad de escucharnos y acogernos en nuestras diferencias, con la conciencia y la certeza también, de que la pluralidad es para la Iglesia el don. La pluralidad posibilita el arte del encuentro, la mística del encuentro y de la comunión. (…)

De la Asamblea Eclesial al Sínodo sobre sinodalidad estamos convocados todos a acoger esta invitación del Papa Francisco a la reforma, a la transformación, a la revisión consciente, crítica, humilde, de esos modos de proceder, de esas maneras de relacionarnos que quizá han estado alejadas del querer de Dios, y hoy, todos nosotros, a lo que estamos llamados es a caminar sinodalmente en condición de hermanos para hacer posible una respuesta más significativa, con mayor parresía, de mayor significado de la Iglesia en nuestro tiempo. Esta Asamblea es tiempo de gracia, es tiempo de conversión.”

En el mensaje final pronunciado por Monseñor Miguel Cabrejos, presidente del Consejo Episcopal Latinoamericano (Celam) afirmó: “Esta asamblea ha sido un verdadero ejercicio de sinodalidad, también una base al próximo sínodo sobre la sinodalidad, una experiencia vivida en América Latina con su creatividad y su riqueza cultural”.

Al finalizar la Asamblea, se han compartido tres documentos. A partir de los resultados del trabajo presentado el día 26, se continuó el discernimiento que dio lugar al Mensaje final en el que se recogen los Desafíos Pastorales como horizonte  para la Iglesia de América Latina y el Caribe; horizonte que seguirá trabajándose en todos los países y que está llamado a integrarse en el proceso que como Iglesia universal estamos viviendo en la primera fase del proceso sinodal.

Unidas a la Iglesia y a todos los pueblos de América Latina y el Caribe, damos gracias a Dios por esta experiencia. Que el Espíritu siga iluminando el resto del camino para que la Asamblea se traduzca en cambios significativos, iluminados por el evangelio, que ayuden a hacer presente el rostro de Dios en estos pueblos y en su Iglesia.