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Presencia teresiana en la Asamblea Eclesial de América Latina y el Caribe

participación hermanas asamblea

Desde el día 21 de noviembre, y hasta el día 28, se celebra la Asamblea Eclesial, en la que “como discípulas y discípulos misioneros, reunidos sinodalmente en la Asamblea Eclesial de América Latina y el Caribe, haremos memoria de lo acontecido en la V Conferencia General de Aparecida.”

Como Compañía nos alegramos de este importante acontecimiento eclesial y del modo en que se está dinamizando, porque nos muestra que no solo para América Latina y el Caribe es posible avanzar como hermanas y hermanos juntos, sino que la Iglesia universal puede caminar en participación, comunión y misión. Sin duda, es un milagro del Espíritu Santo.

Y la alegría es mayor porque dos hermanas teresianas, Caridad Moreno Fernández, y Elizabeth Martínez Campos, son asambleístas y participan junto con otras religiosas y religiosos representando a las Confederaciones de Chile y México respectivamente.

Les hemos preguntado ¿Qué supone participar en la Asamblea eclesial? y nos contestan.

Caridad: “Participar en la Asamblea Eclesial es para mí un honor y un motivo de gratitud muy grande. En este último tiempo me he sentido muy identificada con la Iglesia, sus dolores, sus búsquedas y los caminos que ha ido haciendo animada por el liderazgo del Papa Francisco. Me emociona poder aportar, junto a otros y otras un granito de arena para que seamos una Iglesia más cercana, más inclusiva y más reflejo del rostro de Jesús y de su modo de vivir y realizar la misión para la que fue enviado por el Padre de la Misericordia y la Compasión. Y el hacerlo junto a tantas personas de todo el Continente, de tan variadas y diversas vocaciones y servicios, creo que puede ser una experiencia enriquecedora.  Mi única expectativa es dejarme sorprender por el Espíritu junto a los demás Asambleístas y que descubramos los caminos que Dios nos pueda ir indicando.” Provincia Teresiana María Peregrina

Elizabeth:Bueno, primeramente para mí es una responsabilidad muy grande, realmente no me imaginaba la magnitud de este evento; yo estuve participando de unos conversatorios ya hace meses y no creí nunca que tuviese la oportunidad de participar en la Asamblea ni de manera virtual.  He escuchado voces de mucha gente que pide una Iglesia abierta, cercana (también es mi voz). Escuchar, reflexionar, compartir la palabra, la vivencia y el anhelo, contribuir al llamado y responder a la construcción del Reino es un compromiso mayor en el que estamos invitadas todas y todos y es un grito. También como enviada y parte de la representación de la Compañía, por así decirlo, pues me genera mucho nerviosismo; también ha implicado apropiarme de este evento, es como ser un puente o vínculo; así siento que es.

También comparto que hemos estado orando en comunidad por este evento.Provincia Santa María de Guadalupe

Impresionan los números de participantes de la Asamblea y cómo se abre la “mesa” para acoger la rica diversidad eclesial: en total, 1000 participantes. De ellos 200 obispos, 200 sacerdotes y diáconos, 200 religiosas/os, 400 laicas y laicos entre los que tiene que hay personas procedentes de los márgenes, bien sean realidades de pobreza, inmigrantes, u otras situaciones vulnerables que estarán presentes.

La Asamblea Eclesial cuenta como una página web en la que se ha ido compartiendo mucho del trabajo y procesos desarrollados hasta llegar a ese momento. Pero además, ofrecerá la retransmisión en vivo de muchos de los momentos de la Asamblea (a excepción de los trabajos grupales). Compartimos la página web y la distribución horaria presentada para América. En Europa y África se puede hacer la conversión de horas, y seguir también las grabaciones posteriormente, ya que quedarán en la página web.

Nos unimos en oración por la Asamblea. Y como Compañía damos gracias por todas las hermanas y comunidades que a lo largo de tantos meses han orado, participado, respondido a cuestionarios, asistidos a grupos para poder llegar a este momento. De alguna forma, todas están-estamos presentes en Caridad y Elizabeth.