
Cada 22 de marzo celebramos el día Mundial del Agua para ayudarnos a crear conciencia de su importancia. Sin agua no hay vida.
Nuestra creación sufre las consecuencias del cambio climático, y de tantos comportamientos inadecuados que van destrozando la madre tierra. Millones de personas no tienen acceso al agua potable, y es urgente potenciar el cuidado de la misma y crear las infraestructuras necesarias. Este año el lema “Agua para frenar el coronavirus” nos recuerda que lavarse las manos es indispensable para frenar la pandemia. Disponer de agua y jabón es un privilegio; casi tres millones de personas no tienen cómo lavarse las manos. Este año se pide que se visibilice la campaña #ManosLimpias #SafeHands
Para los refugiados, personas sin hogar y todos los que viven en pobreza extrema, no hay ninguna posibilidad de gozar de ella, y es que más de un tercio de la población mundial no goza de los servicios de agua potable segura, es decir, más de 2.000 millones de personas.
Como educadores y educadoras, estamos llamadas a potenciar todo lo que pueda favorecer el buen uso y cuidado del agua. Cuidar el agua es cuidar la vida, y no hay tarea más prioritaria que ésta.
No nos acostumbremos a un bien tan preciado y tan escaso y hagamos todo lo posible para que el #DíaMundialdelAgua no sea un día, sino un estilo de vida.