
“Esto es cierto: el Espíritu Santo nos necesita”. No pudo decirlo el Papa Francisco de forma más clara, directa y urgente el 18 de septiembre. Y si el Espíritu Santo nos necesita ¿cómo no ponernos en juego para responder de forma comprometida? Porque en esta necesidad, es la necesidad de nuestro mundo, de nuestros hermanos y hermanas, de la misma Iglesia.
La Compañía de Santa Teresa de Jesús ha escuchado y acogido la llamada del Papa.
El día 15 de octubre, en la carta dirigida a toda la Familia teresiana, la Hna. Asunción Codes, Coordinadora general, escribía: “pido a Jesús que nos regale a los teresianos/as del mundo sentirnos sujetos activos, corresponsables y complementarios para construir el Pueblo de Dios, ese nosotros eclesial, a partir de lo que cada una/o puede aportar”, y nos dirigía esta pregunta: “¿cómo me voy a sumar a este CAMINO SINODAL de la Iglesia de hoy, “cimiento” de la Iglesia del tercer milenio? Teresianos y teresianas estamos llamadas a implicarnos en las iglesias locales de las que formamos parte y a caminar conjuntamente.
Pero además, como Compañía, recibimos la carta de las dos Uniones de superiores generales en la que se pedía a la Vida Religiosa a tomarse en serio el proceso sinodal y contribuir como religiosos y religiosas del mundo entero a través de las Uniones de Superiores generales, tal y como se expresa en la Episcopalis Communio artículo 7. La petición va dirigida a los Consejos generales, que pueden implicar, si así lo desean, “a los miembros de su administración general o a otros organismos de su Congregación”.
En respuesta a la petición, las hermanas del Equipo general de la Compañía han pedido una consulta a los Equipos provinciales de la Compañía y a la Delegación Nôtre Dame d’Afrique, pero además, en carta del día 28 de noviembre de la Hna. Asunción, dirigida a todas las hermanas leemos: “queriendo ser fieles al Espíritu que anima a todo el proceso sinodal, sentimos la necesidad de dar la PALABRA a TODAS las hermanas que deseen ofrecerla, para sumar los sueños, las intuiciones y las propuestas con las que queremos contribuir a esta renovación eclesial como Compañía de Santa Teresa de Jesús”.
La participación puede realizarse de forma individual o uniéndonos como comunidad, grupo de hermanas que lo deseen… Nada está cerrado, y todo está abierto para poder responder y comprometernos como Compañía y como Iglesia. Asunción también compartía: “es una ocasión preciosa de conectarnos y experimentar ese “caminar juntas” también entre nosotras, hermanas de la Compañía de los distintos países y continentes”. A todas se nos ha animado a profundizar en el Documento preparatorio, en el Vademecum y en tantas posibilidades como se están ofreciendo en este tiempo. En esta web también ofrecemos nuestro “rincón de la sinodalidad” que iremos alimentando, para facilitar lo más posible la formación, reflexión, escucha y diálogos necesarios a la hora de aportar.
Las hermanas hemos recibido cómo hacer llegar nuestras aportaciones, que el Equipo general, junto con las recibidas de los equipos provinciales y la suya propia, acogerán para elaborar la contribución que como Compañía hará llegar a las Uniones de Superiores Generales.
“Caminar juntos, juntas” es la expresión que encierra la riqueza de la sinodalidad. Como Compañía ESTAR EN CAMINO supone que cada una de nosotras demos un PASO para a “tomarnos en serio que el Espíritu Santo NOS NECESITA para renovar la Iglesia”.
Como Compañía también agradecemos y ofrecemos el gran don que son nuestras comunidades de hermanas mayores. Creemos que la oración ante Jesús en este tiempo crucial, es indispensable para ponernos en sintonía del y con el Espíritu, para escuchar el clamor de nuestro mundo. En la propia oración, y en la de nuestras hermanas, nos sostenemos todas y nos ponemos en CAMINO “con la mirada puesta en nuestros maestros de vida, Teresa de Jesús y Enrique de Ossó, y de su mano, con su pasión y guiados por esa sabiduría espiritual y sintonía eclesial que los caracterizó”, poder ser parte activa y comprometida en este proceso sinodal.
Como hermanas, agradecemos poder vivir como Compañía la “comunión, participación, misión” en camino sinodal.