
COMO MUJERES NOS UNIMOS al Día Internacional de la Mujer, y a todas las mujeres de la tierra, sin importar raza, religión, cultura, pensamiento, formación, estado de vida, proyectos, ideales, sueños…
Desde diversas perspectivas y puntos de vista, este día 8 de marzo se escribirán infinidad de artículos, se leerán discursos, se harán gestos y protestas, se congregarán personas para orar, se pondrán lazos o se lanzarán globos al cielo para recordar a tantas mujeres asesinadas. Se nombrarán a mujeres que con su vida llenan de sentido cuanto hacen, a las que teniendo dificultades no se rinden, a las mujeres y madres de los que están en las guerras y a las que buscan sin parar a sus hijos e hijas, a las abuelas, a las que sostienen tanta vida en lo escondido, o en puestos de relevancia, a las que se convierten en signos de esperanza, y a las que en medio del dolor y la desesperación, ofrecen su ser como último gesto y aliento de vida, a las que abren caminos, y a las que ven como se cierran ante ellas. ¡Sería tan bonito como largo escribir los nombres de tantas mujeres!
En este día agradecemos nuestro ser de mujeres teresianas, y agradecemos que nuestras Constituciones nos ayuden a recrear nuestro ser.
En este día como MUJERES TERESIANAS, releer nuestros documentos nos llevan a captar la esencia de nuestro ser, ser de MUJERES. Caminamos a la luz de una GRAN MUJER, TERESA DE JESÚS, que nos enseña “la capacidad de la mujer en la evangelización y transformación de la sociedad”. (Const. Art. 1)
“OFRECEMOS NUESTRA APORTACIÓN COMO MUJERES en los distintos ámbitos de la vida y de las culturas, anunciando la Buena Noticia especialmente a niños, niñas y jóvenes. OPTAMOS A FAVOR DE LA DIGNIDAD DE LAS MUJERES y asumimos el reto de profundizar desde la perspectiva de género en la mística de la educación teresiana”. (Const. Art. 30)
El amor es el motor de nuestra vida, porque “SEDUCIDAS POR EL AMOR DE DIOS, acogemos la invitación de Jesús a estar con Él y hacer nuestros sus intereses. Su Espíritu ENSANCHA NUESTRO CORAZÓN DE MUJERES para amar y dejarnos amar suscitando en nosotras nuevos modos de relacionarnos y de contemplar la realidad, así como de asumirla e interpretarla. Nos disponemos a dar la vida que recibimos de Dios y nos hacemos solidarias con todos, en particular con los que sufren.” (Const. Art. 55)
Y como mujeres aprendemos de LA GRAN MUJER: “MARÍA, MUJER CREYENTE, comprometida con la historia y oyente de la Palabra, acompaña nuestro camino cotidiano de fidelidad al Dios de la vida.” (Const. Art. 67).
Para situar la celebración del 8 de marzo como el Día Internacional de la Mujer, hay que mirar atrás y remontarse al año 1848, cuando dos mujeres norteamericanas, Elizabeth Cady Stanton y Lucretia Mott, congregaron a cientos de personas en la primera convención nacional por los derechos de las mujeres. El motivo que originó la convención fue la prohibición que se hizo a las mujeres de hablar contra la esclavitud en una convención previa.
Exactamente un siglo después, en el año 1948, la Asamblea General de las Naciones Unidas, aprobó la histórica Declaración Universal de los Derechos Humanos, en la que se promulga que existen derechos inalienables y libertades fundamentales que se aplican a todos los seres humanos. Por primera vez en la historia se señalan derechos civiles, políticos, económicos, sociales y culturales que todos los seres humanos —mujeres y hombres por igual— deben disfrutar. Y además se señala que todos los pueblos y naciones deben esforzarse y comprometerse para alcanzar esta meta.
A lo largo de aquel siglo, numerosos acontecimientos fueron mostrando pasos tímidos o valientes, a veces a la luz, otras en la clandestinidad; pasos que una y otra vez mostraban que la mujer no se debía definir por lo que no era, sino por lo que es. Hoy, casi doscientos años después, desde todos los continentes, son infinitos los gestos, publicaciones, manifestaciones, respuestas, oraciones y celebraciones que desde distintos ámbitos celebran el día 8 de marzo como el día de la Mujer y no solo por todo lo alcanzado, sino también por todo lo que falta por conseguir para tantas mujeres que sufren y viven viendo como machacan su dignidad.
Por ellas y con ellas, con todas, nos unimos como MUJERES.