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Experiencia formativa CIT - Tabor

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Si escuchamos la palabra Tabor, no solo pensamos en un monte de Galilea, sino que inmediatamente lo asociamos a la profunda experiencia que vivió Jesús y que fue contemplada por sus discípulos. Poco se dice en los evangelios, pero aquel momento debió quedar guardado en el corazón y, probablemente, en numerosas ocasiones alimentó su vida. En la Compañía, Tabor es uno de los cursos del Centro Internacional Teresiano (CIT) que se ofrece a hermanas que cumplen, durante el sexenio, veinticinco años de profesión. En este caso no es la subida al monte lo que hacen juntas, sino que su encuentro con Jesús y con las hermanas, con ellas mismas, tiene lugar en nuestros “Tabor”: Tortosa, Ávila, donde Enrique de Ossó y Teresa de Jesús vivieron y desplegaron la riqueza de sus vidas y carismas. Ojalá la experiencia que están viviendo nuestras hermanas quede para siempre grabada, y puedan a menudo, volver a ella para renovar y sostener su opción por Jesús y su Reino.

Durante este mes de julio se está desarrollando esta experiencia formativa, y en ella participan diecisiete hermanas: María Naquinta y Teresa Nancali de Angola, Thelma Martínez de Nicaragua, Lucía Jiménez y Virginia Mozo de España, Martha Rodriguez de Portugal, Martha Consuelo Páez de Colombia, Josefina Hernández de Venezuela, Mª Luz Caballero de Ecuador, Mary Tere Pérez, Ceci Arvilla, Rosario López, Malena Villa, Nelly Uicab y Norma Olaeta de México. Acompañan el proceso, Upe Hoyos de España y Rosa Elena Cálcena de Paraguay.

Los objetivos planteados para este CIT son los siguientes:

  • Reconocer e INTEGRAR LA EXPERIENCIA de estos años en la Compañía desde una lectura creyente.
  • Acoger la realidad vivida, con sus límites y posibilidades, como oportunidad de crecimiento. Reconocernos como mujeres con diversidad de dones del Espíritu, ser conscientes del caudal recibido gratuitamente, dejar ir aquello que nos impide entregar lo que somos. (Documento Capitular: Asumir la ética del cuidado en la casa común Pág. 13)
  • Confirmar que el carisma teresiano es una gracia primordial para todas y acrecentar el agradecimiento a Jesús, nuestro mayor tesoro por el que vale la pena dejarlo todo, lo que nos lanza y nos moviliza en la opción por el cuidado de la vida y de la casa común. (Documento Capitular: Asumir la ética del cuidado en la casa común Pág. 13)
  • Fortalecer la EXPERIENCIA DE FE y la opción existencial por Jesús y su Reino en la Compañía como el fruto precioso de un camino de relación de amistad con Dios y de seguimiento en COMUNIDAD DE DISCÍPULAS.
  • Encontrarnos y celebrar con otras hermanas en este momento vital desde la diversidad cultural de la Compañía y compartir vivencias que nos fortalezcan en nuestro sentido de pertenencia, favoreciendo espacios de compartir experiencias.

De lo vivido hasta el momento nos comparten las hermanas que están viviendo esta experiencia:

“Poco a poco fuimos llegando de diferentes partes del mundo, con el corazón emocionado y dispuestas a vivir esta experiencia que nos regala la Compañía… Llegamos desde Europa, norte, centro y sur de América, y África, lugares en los que se encuentra la semilla teresiana. Algunas hemos compartido el TER, otras algún CIT o encuentro de MTA, otras no hemos coincidido y es la primera vez que nos encontramos… Reencuentros, encuentros, todo forma parte de esta experiencia de vida.

 Nos encontramos en el Jesús, Tortosa, en nuestra casa, ahí nos recibió Nuestro Padre y los primeros días fueron para ir “llegando”, integrándonos, conociendo y compartiendo el ¿cómo venimos? ¿de dónde? ¿en qué momento vital estamos? ¿qué trae nuestro corazón?…

También compartimos lo que necesitamos y lo que ofrecemos, pues la experiencia va siendo construida entre todas; es don y tarea.

El primer bloque fue acompañado por Natalia Plá quien nos invitó a profundizar en la experiencia de la transfiguración de Jesús que la tradición ubica en el Monte Tabor. Fueron tres días para tomar conciencia de que hay que SUBIR AL TABOR, para ESTAR EN EL TABOR - PERMANECER-, y después bajar del TABOR. Cada día nos acercamos a una de las acciones y pudimos entrar en este acontecimiento tan importante para Jesús y sus discípulos.

El segundo bloque es el Tabor de Enrique de Ossó; para ello, entramos directamente a sus textos, con esta clave de lectura y combinándolo con la peregrinación a los lugares fundantes de Nuestro Padre que le dan color y fondo a sus escritos. Vinebre, su pueblo natal, sus raíces familiares, históricas, sociales. Montserrat, lugar fundante de vocación-misión, SERÉ SIEMPRE DE JESÚS, con su consagración a la Virgen. Ganduxer, casa Madre, centro de formación y mediación para seguir con la misión educativa evangelizadora, Tortosa, lugar de formación y gestación de las obras teresianas, el Desierto de las Palmas y Santi Spiritu, lugar fundante del cierre de su vida.

La siguiente etapa será en Ávila. Ya les contaremos nuestro encuentro con la Santa y su tierra. ¡Hasta la próxima!

 

 

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