
En esta invitación del año capitular a descubrir que para responder a las necesidades del HOY necesitamos convertirnos a una nueva conciencia comunitaria donde todos nos necesitamos y sostenemos, acogemos el mensaje del Presidente de la Oficina Internacional de la Educación Católica, Hervé Lecompte, con motivo del día Internacional de la Educación Católica el 18 de mayo.
El mensaje nace del llamamiento del Papa Francisco a implicarnos en la construcción del Pacto Educativo Global y a la luz de la Fratelli tutti, llamada que como educación teresiana hemos acogido.
"Urge impulsar proyectos comunes
El devenir de la historia nos ha ido fragmentando y aislando en individualismos o guetos que nos hacen competir, desenfocando el ser y que hacer de nuestras escuelas católicas.
Estamos necesitados, a la vez que urgidos, a crear “proyectos comunes”, como nos demanda el papa Francisco en Fratelli tutti, sorteando con ellos y yendo más allá de nuestras diferencias. Si en el pasado nuestra oferta educativa surgió para atender necesidades concretas en territorios concretos, hoy hemos de alzar la mirada, abrirnos a lo universal y ganar en competencia “global”, de forma que respondamos juntos a los desafíos y a las necesidades locales, cada vez más amplias, diversas, globales.
Hemos de incrementar nuestras capacidades colaborativas hacia dentro y hacia fuera de los centros educativos. Ya no es prudente, ni siquiera tolerable, seguir compitiendo entre nuestras escuelas católicas. Si somos honestos y sinceros, vemos que en muchas ciudades las escuelas católicas no solo no colaboran entre sí, sino que compiten, llegando incluso a una competencia desleal que nos sangra, que debilita y desvirtúa nuestros proyectos educativos evangelizadores. El papa Francisco, de múltiples formas, nos viene invitando a pensar en “objetivos comunes”(Fratelli tutti 157), para conformar “proyectos comunes”. Igualmente, en la oración final de dicha encíclica, nos convoca “a la apertura, al encuentro para reconocer el bien y la belleza de los otros, que el Señor ha ido sembrando a lo largo de la historia”. Nosotros podríamos aplicar estas palabras a cada escuela y a cada carisma para reconocer el bien y la belleza de cada uno y, desde ahí, responder en común, juntos. Abrámonos sin miedos ni reservas a esta invitación del Papa, debemos “estrechar lazos de unidad, de proyectos comunes, de esperanzas compartidas”. La Oficina Internacional de la Educación Católica, en esta nueva etapa y en esta encrucijada de la historia, quiere ser instrumento de unidad. Urge dar vida, aterrizar este llamado del Papa a unirnos en “búsquedas comunes, donde todos ganan”(Fratelli tutti 228) y, como él mismo añade en ese artículo, nos propone que, frente a un determinado objetivo común, pongamos diferentes propuesta técnica, distintas experiencias y trabajemos por el bien común.
Redefinir la educación
Las convocatorias a un pacto por la educación, tanto del papa Francisco en su llamado a un pacto educativo global como de la Unesco en su último informe titulado "Reimaginar juntos nuestros futuros. Un nuevo contrato social para la educación", nos indican que debemos convocar y contar con todos para redefinir la educación de hoy y de mañana, para que responda a las necesidades y desafíos de las nuevas generaciones, de las personas y sociedad, para que realmente transforme vidas y contextos, generando un mundo más humano, fraterno, solidario y sostenible.
Sin duda, estas invitaciones nos urgen a: mirarnos, encontrarnos, dialogar, escucharnos activa y humildemente, trabajar juntos entre las escuelas católicas y con las no católicas. ¡No desaprovechemos esta oportunidad! Juntos fortaleceremos la educación católica, le daremos un nuevo impulso, prestaremos un mejor servicio, responderemos mejor y de forma más eficiente a los retos de hoy y mañana."