
Hace apenas dos meses las hermanas que vivíamos en la Casa general de Roma llegamos a Zaragoza. Recién llegadas, a la vez que veíamos cómo iban las obas de la casa, pasamos al Colegio Teresiano del Pilar de la Fundación Escuela Teresiana que se encuentra en la misma finca. Y mientras caminábamos, comenzamos a encontrar miradas y sonrisas, saludos de cerca o de lejos, que nos decían de una y otra forma, ¡bienvenidas!
Los profesores y el personal del colegio han seguido de cerca las obras de la casa que también afectaron a las hermanas de la comunidad que ya vivía en ella, algunas de las cuales trabajan en el colegio.
Cuando ya nos trasladamos, y hasta que se finalizó todo lo necesario, estuvimos yendo con los profesores a comer al colegio, y allí nos preguntaban con interés qué tal iba todo, si la casa iba quedando bien. Encuentros rápidos entre sus clases y nuestras tareas, pero la rapidez no nubló su acogida y también la del personal de la empresa de cocina, de limpieza.
El día 23 de junio un grupo de hermanas teresianas visitaban la casa, y el día 27, antes de que comenzasen sus vacaciones, quisimos invitar al personal del colegio a conocer nuestra casa, la que durante meses han visto en obras. Fue un encuentro sencillo para tomar algo primero, para luego, por grupos, recorrer los diferentes pisos: ver el archivo general, los despachos, la capilla, los oratorios, las salas de las dos comunidades, las habitaciones…
Durante semanas nosotras hemos ido por el colegio, y en él, su directora Mª del Pilar Mayayo, y todo el personal, nos han facilitado todo lo que hemos necesitado. ¿Cómo no agradecérselo abriendo nuestra puerta y dándoles la bienvenida?
En las hermanas que nos visitaron hace unos días, en los laicos y hermanas que vinieron a hacer el estudio económico para el Capítulo general, en el personal que trabaja con nosotras, y en el del colegio Teresiano del Pilar, ya está presente toda la Familia teresiana de tantos lugares.
La casa va estando terminada pero cuando la recorren otras personas y comparten la alegría de visitarla, nos sentimos más familia, y aunque de una forma muy sencilla, en lo que podemos hacer ahora desde aquí, sentimos que el espacio de nuestra tienda se ensancha.