
Las hermanas que están realizando el Tiempo Espedífico de Renovación, siguen compartiendo su experiencia. Esta vez nos comparten el tiempo en el que se han acercado a San Enrique de Ossó. A la riqueza que supone profundizar en su persona y experiencia, se añade el haberlo hecho acompañadas por varias hermanas teresianas.
SEMANA 6,7 y 8 SAN ENRIQUE DE OSSÓ
El 26 de septiembre regresamos a Ávila después de haber realizado la Ruta Ossoniana. Son muchos los momentos y emociones unidas a ellos, por haber conectado durante dos semanas anteriores con los acontecimientos y sentimientos de nuestro padre fundador Enrique de Ossó.
Este camino lo hemos hecho de la mano de muchas hermanas compenetradas en el carisma, de quienes recibimos su propia experiencia fruto de estudio, pero también percibimos fruto de la tradición bebida en la Compañía. En todo momento nos sentimos bien acompañadas y bien guiadas para realizar nuestra propia experiencia de contacto con nuestro padre.
Iniciamos este recorrido con la hermana Carmen Melchor quien nos condujo por las obras y espíritu de nuestro Padre; el carisma teresiano, ser apóstoles como Jesús al estilo de Santa Teresa y por supuesto de San Enrique; conocer y amar a Jesús para hacerlo conocer y amar, uniéndose las actitudes de oración y celo en la vida.
Luego en Tortosa nos acompañó la hermana Carmen Franch, quien también desde su experiencia nos ayudó a acoger la Pascua de nuestro fundador, tan dura y triste, pero tratada con tanto respeto que nos hizo valorar sus actitudes frente a todas las dificultades impuestas por seres tan queridos para él y reconocer su santidad sin necesidad de pruebas, el estilo de Jesús hasta la muerte.
Y la semana recién finalizada fuimos acompañadas en el recorrido de los lugares Ossonianos por la hermana Mauge Aranda desde la metáfora del árbol, donde comprobamos cada parte del crecimiento de éste en la vida de nuestro padre y la nuestra. Además, la hermana Mauge trabajando en red, nos hizo acompañar por las hermanas Cristina Martínez en Vinebre-Tortosa y Carlota João en la casa de Tortosa, Ana Beltrán en Tarragona y Ana Navarro y Mari Carmen Martín en Valencia.
Quedamos muy agradecidas de la cercanía y disposición de cada hermana acompañante y de las comunidades que nos acogieron de diversas maneras en Valladolid, Tortosa, Barcelona, Tarragona y Valencia, para hacer posible en nosotras el caminar de peregrinas a apóstoles.