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Buscamos juntas como Compañía

Reflexión sobre formación

¿Qué une a las veinte hermanas que se encontraron el 22 de marzo de forma online? Sin duda, el haber experimentado la formación, como una gracia que posibilita el crecimiento personal y el descubrimiento de la obra de Dios en la persona. Cada una de ellas podrá completar con su experiencia de acompañante y acompañada esta afirmación, porque lo que se pretende es “lograr una reflexión sistemática cuyo punto de partida sea nuestra propia experiencia, las inquietudes o cuestionamientos que nos vamos haciendo, así como las certezas que nos van quedando a lo largo de los años en los que hemos prestado el servicio de acompañar la vida”.

Mediante un proceso de búsqueda, reflexión y discernimiento se pretende alcanzar los siguientes objetivos: 

  • Actualizar y poner en diálogo el planteamiento y los estilos formativos de la STJ con el mundo actual y el sujeto de la formación.
  • Elaborar criterios para seguir tomando las decisiones necesarias en relación a las personas, los contextos y el modo de acompañar la formación inicial en los distintos continentes.
  • Ofrecer al XVIII Capítulo General el fruto de esta reflexión, si al final del proceso vemos que tenemos propuestas formativas concretas que conviene presentar al Capítulo.

En la Compañía de Santa Teresa de Jesús, la formación siempre ha sido un pilar importante, porque “la vivimos como un camino de conversión y transformación, que va consolidando nuestra identidad de mujeres consagradas” (Constituciones art. 66), pero esta certeza ha de ser contemplada a la luz de los tiempos que vivimos, marcados por los cambios constantes que inciden en las culturas e instituciones, y también en las personas. Las jóvenes que vienen a la Compañía con el deseo de seguir a Jesús son parte de esta cultura emergente que las configura y por ello, es necesario buscar juntas nuevos estilos de formación y acompañamiento que favorezcan el seguimiento a Jesús hoy.

La necesidad de volver a poner la mirada en la formación en la Compañía, nace como inquietud de las hermanas del Gobierno general, y de más hermanas que, de una forma u otra, han ido manifestando la necesidad real ante situaciones y procesos relacionados con la formación en los distintos lugares, especialmente con la formación inicial.

Para llevar a cabo este proceso, la propuesta es que la metodología fundamental gire en torno al diálogo que busca discernir y llegar al mayor consenso posible, por lo que se pide a las participantes que antes de los encuentros tengan un tiempo personal de reflexión y profundización. El deseo es el de buscar y construir juntas, ¿bonito verdad?

El proceso estará dinamizado por la comisión formada por las hnas. María Rosa Castellanos (Delegada general de formación), Domingas Luzia, Giselle Gómez y Raquel Navarro, y aunque no se puede decir con absoluta certeza, se prevé que los encuentros finalicen en enero de 2023.

Las hermanas convocadas están o han estado vinculadas directamente a la formación inicial o relacionadas con otras etapas -juniorado, TER, formación permanente…-, o bien dedicadas al acompañamiento de jóvenes.

En el primer encuentro, las hermanas comenzaron compartiendo una “alegría vivida a raíz de la experiencia en formación y acompañamiento”. Al escuchar a cada hermana se percibía, que para cada una de ellas, la formación ha sido tierra sagrada, entonces ¿cómo no será "sagrado" el fruto que nazca de su tierra compartida?

Tierra y fruto que es también el tiempo y modo sinodal que  estamos llamadas a vivir y a incluir en nuestros procesos formativos. La oración fue una invitación a vivir desde esta clave la formación, descubriendo todo lo nuevo y la riqueza que surge en este tiempo.

Tras compartir sobre el posible itinerario y temas a trabajar en este proceso, finalizó la reunión, pero no la alegría de las hermanas por haberse encontrado e iniciar este camino juntas. En ellas estaba  la vida de las hermanas en África, América y Europa, vida que recorre procesos diferentes, pero vida que busca cómo acompañar lo más sagrado que Dios nos da siempre: las personas.

Desde ahora ponemos en manos de María a nuestras hermanas. Ella que fue dócil al Espíritu las bendiga y acompañe,  para que guiadas por el mismo Espíritu, respondamos como Compañía a lo que Dios quiere de nosotras en este mundo en cambio, lleno de retos y necesidades. 

  • hermanas teresianas en el encuentro sobre formación