
“Mirar juntas y mirar al futuro”. Si el pasado 23 de mayo se constituía la Provincia Teresiana Nuestra Señora de la Esperanza en la que quedaron integradas las comunidades de Bolivia, Colombia, Ecuador y Venezuela, ahora, meses después, las hermanas son convocadas a la I Asamblea provincial que se celebrará de forma virtual los días 20, 21 y 22 de diciembre.
En la convocatoria escrita por el Equipo provincial dicen sobre estos días: “mirar juntas al futuro próximo y planear lo que deseamos de este tramo del camino, antes del próximo Capítulo general. Con mucha ilusión, pero también con realismo, intentaremos priorizar lo que más nos ayude para continuar consolidando el proceso de ser Provincia Teresiana Nuestra Señora de la Esperanza y llegar al final de este sexenio intentando dar respuesta fiel a lo que el momento actual, a nivel mundial, eclesial y de Compañía, pide de nosotras como mujeres consagradas desde nuestra misión educadora.”
Serán días para compartir con memoria agradecida el caminar capitular por países, pero también, para diseñar juntas el Plan provincial y tratar diversos temas de interés común.
Como Iglesia vivimos un tiempo en el que se nos invita a la escucha, escucha de lo que vivimos, de lo que nos rodea, y de lo que el Espíritu va susurrando o gritando en nuestro mundo. Estos días de Asamblea son una oportunidad para que las hermanas de la Provincia abran sus corazones y ESCUCHEN, reconozcan la diversidad, la riqueza, y de nuevo, con ilusión y realismo, levanten la mirada hacia el horizonte.
Dos días antes de su Asamblea, el día 18 de diciembre, honraremos a Nuestra Señora de la Esperanza. A Ella, a Nuestra Señora del Adviento, a Ella que nos ayuda a caminar, le confiamos la Asamblea provincial de nuestras hermanas, cada una de sus vidas y comunidades.
La invitación en forma de video que han recibido para participar es ya una forma de unirse entre ellas, y ahora, al compartirlo con toda la Familia teresiana, una preciosa manera de sentirnos en comunión y orando por el fruto de estos días. Agradecer la vida de cada hermana y ponerla en manos de Nuestra Señora para que juntas, fieles y unidas, SEAN ESPERANZA, amando sin límites, siguiendo al Señor, sembrando semillas de Iglesia, pueblo de Dios.