
Hoy hacemos noticia de la Vida, siempre dinámica y original, que se mueve por dentro de la Compañía. Hoy damos gracias a Dios por la vida de la hermana Inah (Brasil), de la provincia Nossa Senhora Aparecida, la más mayor de toda la congregación; y de la hermana Yamsokré Marie (Burkina Faso), de la provincia Notre Dame, la hermana más joven de la congregación.
El pasado 27 de mayo, la hermana Inah Canabarro Lucas, cumplió 116 años. Es la religiosa más mayor del mundo y la persona más longeva por detrás de una española de 117 años y una japonesa apenas unos días mayor que ella.
Desde la Compañía de Santa Teresa queremos hacer memoria agradecida por la fecunda vida de nuestra hermana Inah. Nació en el municipio de São Francisco de Assis, en el interior de Rio Grande do Sul, el 27 de mayo de 1908. Sus primeros pasos como Teresiana los dio en el año 1927, cuando tenía 19 años. Desde entonces, la mayoría de sus años los dedicó a ser profesora. Dio clases de portugués, matemáticas, ciencias, historia, arte y religión en colegios teresianos de Rio de Janeiro, Itaqui y Santana do Livramento, ciudad en la que es especialmente querida porque en ella pasó la mayor parte de su vida.
Apasionada del fútbol y la música, la hermana Inah asegura que rezar mucho y tener aficiones son el gran secreto de su longevidad. De hecho, la hermana Inah continúa rezando un rosario diario por toda la humanidad. Cuando se le pregunta por la virtud más importante dice sin titubear que “la caridad, porque es la virtud que permite todas las demás virtudes”; y cuando se le pide que dé un consejo para vivir la vocación responde decidida: “perseverancia”.
Por su parte, la hermana Yamsokré Marie es, actualmente, la hermana más joven de la congregación con 23 años. Nació el 17 de julio del año 2000 y cursó su educación primaria en Posso, Banguessé y la secundaria en el Colegio San Enrique de Ossó de Gourcy (Burkina Faso). Conoció a las Hermanas Teresianas en 2017, en Boussou, durante una visita pastoral de las hermanas a su parroquia.
Ayer, 22 de junio realizó, junto a las hermanas Wendgueté Hyacinthe y Nomwendé Angèle, su profesión religiosa.
Más de 90 años separan a la hermana más mayor de la más joven de la congregación. Una está en la etapa final de su andadura como Teresiana y la otra comenzando. Distintas nacionalidades, diferentes ambientes, épocas opuestas…pero una misma vocación y un mismo deseo: “conocer y amar a Jesús para hacerlo conocer y amar por medio de la educación y la oración”. ¡Demos gracias a Dios, que sigue llamando!