Los días 20, 21 y 22 se ha celebrado la I Asamblea de la Provincia. De muchas formas podría contarse lo que se ha vivido y compartido esos días. Hoy tenemos la suerte de acercarnos a la experiencia de estas sesenta y dos hermanas a través de la narración de lo vivido estos días.
"Fueron días en los que, en un clima de escucha y oración, fuimos conducidas por tres llamadas: Sinodalidad, Interculturalidad e Itinerancia.
Desde la primera llamada, sinodalidad, guió el día la Hna. Daniela Cannavida religiosa del Instituto de hermanas Capuchinas de la Madre Rubatto y secretaria de la CLAR, quien en su compartir nos invitó a asomarnos, sumergirnos y proyectarnos desde el sueño de una vida religiosa sinodal y a su vez nos permitió resonar entre nosotras a la luz de la siguiente pregunta: ¿Cómo “permitir” que la dimensión sinodal sea transversal a nuestra vida y prácticas comunitarias/provincial? a lo que respondimos con mayor eco:
Este camino nos pide:
- Respetar ritmos sin quedarnos atrás, con una actitud de caminar y no detenernos, generando apertura y búsqueda de nuevos caminos desde nuestra espiritualidad; un camino que sabemos que conlleva esfuerzos y sacrificio.
- Una conversión integral con Dios, con el hermano y la hermana, y con la creación.
- Soñar con una acción misionera capaz de transformar todo; necesitamos no vivir distraidas.
- Una escucha personal abierta al futuro: como proceso de conversión, reconciliación, proceso consciente y constante para caminar desde el agradecimiento y asumiendo nuestra vulnerabilidad.
- Ser mujeres en camino de crecimiento para abrir nuevos horizontes en la Iglesia, conscientes de atravesar umbrales.
- Con serenidad para preguntarnos constantemente ¿cómo ayudarnos a integrar autoridad-sinodalidad?
- Buscar los medios para generar ambientes de diálogo donde hablemos de la sinodalidad y la vida.
- Transformar estilos de vida.
- Vivir la sinodalidad como acento, pero bucando cómo desarrollar la sinodalidad desde nuestra espiritualidad.
- Ser conscientes de cómo nos comunicamos y qué podemos mejorar, poner medios para seguir aprendiendo a discernir juntas.
- Revisar nuestras actitudes a la luz de lo que sentimos como llamadas.
- Aceptar disensos, construir consensos para la gobernanza.
- Apropiarnos de los procesos: favoreciendo y promoviendo la construcción y vivencia de los procesos desde una mayor participación, desde la voz de todos.
- Optar por salir de la autoreferencialidad y el clericalismo, promoviendo las relaciones. poliédricas, donde se defiende y promueve la unidad, defendiendo y promoviendo también la diversidad.
- Percibir al otro como “tierra sagrada”, merecedor de nuestro más profundo respeto.
- Buscar los significados comunes de cara a la vida comunitaria y la misión compartida con todos los miembros de la familia teresiana.
- Ahondar en la invitación del Papa Francisco a hacer de la sinodalidad un itinerario de vida que parte de la escucha y se mantiene desde el modo como vivimos la cultura del encuentro.
El compartir fue muy rico y abrió horizonte, un horizonte que comenzó a concretarse en un tiempo de escucha dinamizado por el equipo de gobierno que nos condujo por diferentes momentos a lo largo de los días:
- Un tiempo de Memoria agradecida del caminar capitular por países y otros acuerdos capitulares.
- La concreción de las invitaciones del capítulo que juntas podremos ir asumiendo hasta el 2023.
- El modo de vivir la corresponsabilidad en el sostenimiento de la vida y misión de la Compañía y de las Provincias (comunicación de bienes) y el plan de viabilidad.
- Nuestro itinerario de formación a nivel provincial.
- Nuestra organización desde los equipos provinciales.
- Y el cronograma provincial hasta el momento.
Cerramos nuestro tiempo de encuentro regalándonos un saludo de navidad por comunidades donde afloró la creatividad, variedad y diversidad.
Y al finalizar nuestra hermana Beatriz Herrera. Coordinadora provincial, nos invitó a “ensanchar, ensanchar el lugar de nuestra tienda… ensanchar la mesa, permitiendo a fuego lento que se cocine la amistad verdadera, la relación sin tiempos, el detalle que alegra y humaniza,… ensanchar el corazón… volverlo más propenso al amor; ensanchar la mirada, ver más allá, lo insospechado, el territorio del riesgo y la novedad y la frontera en la que el Espíritu acontece y abraza lo diversos; ensanchar los caminos y optar por aquellos en los que florece a destiempo, por rutas inéditas… ensancharlo todo para que a tu llegada, la casa esté lista, el gozo sea gratuito y alcance para todos.”
Agradecemos a Jury Estupiñán, hermana de la provincia, que nos haya acercado a la experiencia de estos días. En sus palabras reconocemos la preparación de la Asamblea y la actitud abierta de todas las hermanas, que sin duda, con la gracia del Espíritu, ya es signo de esperanza.