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Espiritualidad

mariposa teresa

Cuando se habla de espiritualidad, casi siempre se relaciona con la religión, o con otras cuestiones alejadas de lo humano y de la vida real. Sin embargo, cuando nos referimos al espíritu de una persona estamos indicando lo más hondo de su propio ser: sus motivaciones últimas, su ideal, la pasión que lo anima, la mística por la que vive y trabaja, lo que contagia a los demás, …

La espiritualidad en sentido amplio, consiste en vivir realmente con espíritu, no de forma inconsciente, automática, vacía. La espiritualidad no es patrimonio de las religiones. Cualquier persona que vive con hondura y calidad humana su existencia, vive con una determinada espiritualidad que motiva su vida, inspira su comportamiento y configura sus valores y el horizonte de su ser.

Vivir la espiritualidad cristiana no será otra cosa que seguir a Jesús de manera que su experiencia de Dios y su Espíritu sean los que configuren nuestra vida. Esto es lo que diferencia la espiritualidad cristiana de la budista, la judía o la islámica. No hay un camino hecho en la espiritualidad. El itinerario espiritual de cada persona es una aventura inédita y original de cada uno. 

Si queremos vivir una espiritualidad viva y actualizada en nuestro tiempo, tendremos que estar muy atentos y abiertos al Espíritu que animó a Jesús y hacernos algunas preguntas esenciales

prueba

 

https://www.youtube.com/watch?v=inlc5W1rGL4&t=

Se apoya en la experiencia de Santa Teresa, conduce a la persona hacia su interior para descubrir su propia dignidad y comprometerse como transformadora social.

Compañera y guía en el camino, maestra de oración y acompañante espiritual, buscadora apasionada de la verdad y mujer comprometida.

Apóstol teresiano que desplegó estrategias y creatividad para dar a conocer a Jesús, y hacerle conocer y amar. Sus proyectos llevan siempre el sello teresiano. 

¿Cómo "caminar juntos" hoy, anunciando el Evangelio? ¿Qué pasos nos invita a dar para el Espíritu Santo crecer como Iglesia sinodal?

Una de las herramientas de oración más valiosas que nos dejó San Enrique para todos los teresianos y teresianas: orar cada día quince minutos para ser y amar como Jesús.